William
Shakespeare
Inglés (1564-1616)
Inglés (1564-1616)
Hasta
mediados del siglo XVI, el espíritu del Renacimiento no se
propagó más allá de los círculos de la Corte y aún
dentro de ella se manifestaba más bien bajo su forma
erudita que bajo su aspecto creador. Los italianos, y también
los franceses, seguían considerando a los ingleses como
semibárbaros. En cuanto al idioma, nadie o casi nadie lo
conocía en el exterior.
Con
todo, este atraso no constituyó una pérdida sin remedio.
Cuando terminó la guerra civil y la reforma religiosa se
halló bien encaminada; cuando los peligros exteriores
estuvieron conjurados, por lo menos transitoriamente, muchas
circunstancias se habían aunado para que Inglaterra
recuperara el tiempo perdido y lo hiciese a pasos
agigantados.
Ardientes,
atrevidos, los ingleses de la época son también brutales y
sanguinarios. La ebriedad es frecuente en todas las clases
sociales y genera querellas sangrientas; la violación es
moneda corriente; las peleas terminan a menudo en un
asesinato; los espectáculos de mayor éxito son las luchas
a muerte entre animales y también las ejecuciones
capitales.
Isabel,
al asumir el reinado, es recibida con entusiasmo. Pone en práctica
una política circunspecta, se rodea de buenos consejeros,
trata con consideración al Parlamento, se dedica a
restablecer las finanzas, concierta la paz con Francia.
Glorioso,
el reinado de Isabel sería lo contrario de apacible.
Intrigas, confabulaciones, revueltas, ejecuciones y
asesinatos se sucederían en él sin interrupción y harán
de este periodo un largo drama entrecortado por escenas de
bravura y episodios cómicos.
Su
agricultura y su industria se desarrollan, sus
"mercaderes aventureros" acumulan enormes fortunas
y no parece haber ya límites para el lujo desplegado por
esos grandes señores. Por último, se produce allí un súbito
y extraordinario florecimiento de autores dramáticos, de
poetas, de músicos y de pensadores. En 1591 es cuando el más
grande, el que los resume a todos, William Shakespeare,
estrena Enrique VI, su primera pieza.
Sin
duda el rasgo más dominante de la Inglaterra de la época
de Shakespeare es la coexistencia de la brutalidad de las
costumbres con el refinamiento de la cultura. No solamente
muchos gentiles hombres saben igualmente bien componer un
soneto o una elegía que manejar la espada o la daga, sino
que además, una cantidad de comerciantes mediocres, de
artesanos y hasta de campesinos, compran libros y los
estudian. La traducción de la Biblia al lenguaje del vulgo
ha dado a las masas el gusto por la lectura; los cantos y
las baladas populares ponen la poesía al alcance de los
humildes; la instrucción se propaga.
Capas
sociales: La antigua aristocracia ha sido aniquilada en gran
parte por la guerra de las Dos Rosas y los descendientes de
lo que ha subsistido de ella han degenerado. La nueva,
enriquecida gracias a la confiscación de los bienes de los
monjes, no es muy altanera, ni muy cerrada.
Es
indudable que unos sesenta grandes señores, dueños
absolutos de sus posesiones, son pares del reino y gozan por
consiguiente de una posición eminente, así como también
de derechos particulares. Pero las otras personas de calidad
no tienen nada muy sustancial que los distinga del común de
los mortales ni exenciones fiscales, ni privilegios
jurisdiccionales.
Por
encima de la clase noble, pero apenas separada de ella por
un margen movible, está la burguesía: gentes de trajes
largos, mercaderes pudientes, terratenientes medianos. Los
primeros, sean magistrados, abogados, médicos, profesores u
hombres de la iglesia, constituyen una categoría activa,
ambiciosa, y en general muy instruida.
La
enorme mayoría de la nación se compone de la masa, de
contornos mal definidos, de campesinos, artesanos, obreros y
hombres de mar.
El
estudio de las obras de Shakespeare, no puede descuidar el
fondo histórico nacional, porque en una época en tantos
aspectos cerrada y confinada, los problemas del individuo
eran inseparables de los problemas del estado.
El
teatro isabelino, del que Shakespeare formaba parte, resumía
la supervivencia de un teatro popular y una experiencia
social. La tradición popular medieval se fundió así con
la experiencia colectiva y la conciencia histórica.. El
drama popular iba a ser enriquecido por el humanismo
renacentista. El humanismo añadiría temas, formas y
estructuras novedosas.
El
teatro isabelino, lograba una síntesis de valores populares
y renacentistas.
La época de
Shakespeare fue una época de marcada individualización,
emanada de las reflexiones filosóficas sobre el
hombre, nacida del estudio empírico de las pasiones y de la
teoría de los caracteres, surgida de un estilo de vida
caballeresco y cortesano. Cervantes y Shakespeare son los
videntes de la individualización, deben sus logros a esta
captación de la historia que vivieron.
Fueron
tres las novedades que introdujo el drama humanístico en el
teatro:
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Transformó
el teatro medieval, que era esencialmente la
representación y pantomima, en obra de arte
literaria.
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Aisló,
para realizar la ilusión, la escena, del público.
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Concentró
la acción tanto en el espacio como en el tiempo,
sustituyendo, la desmesura épica de la Edad Media por
la concentración dramática del Renacimiento.
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